El nombre Vero deriva de la raíz latina “verum”, VERDAD. Así se autodefine desde su origen este programa, una “red social real” que actúa para el usuario, no como una aplicación virtual, sino como un asistente real.
Como poseedor de la cuenta, VERO permite compartir contenidos propios o adquiridos y escoger segmentadamente quienes pueden ver cada artículo, vídeo, canción o comentario. Esto proporciona seguridad y tranquilidad al tener control total de la segmentación de los contactos.
Sus creadores han relanzado esta plataforma como una alternativa “social” ante el monopolio de las principales redes sociales que dominan el universo digital como Twitter, Facebook e Instagram.
VERO nació en 2015 como una red de carácter privado para compartir fotografías tanto en IOS como en Android. Esto recuerda la función de Instagram pero con la ventaja, convenientemente explotada en su sistema de marketing social, de no mostrar los paneles publicitarios que tanto molestan al grueso de los usuarios. Esto rompe con el sistema de monetización de ciertos contenidos publicados en Facebook que permite que tanto la compañía como los usuarios puedan lucrarse con el uso de la plataforma en campañas segmentadas de marketing.
La feroz irrupción de VERO en las últimas semanas se ha debido a la acción de “influencers” de alto vuelo, sobre todo del medio artístico, quienes han reaccionado ante el giro que las redes tradicionales han perfilado para la obtención de ganancias.
Para captar los seguidores primarios, VERO ofrece su servicio gratis hasta el primer millón de usuarios. A partir de entonces se cobrará una suscripción anual para evitar que la invasión publicitaria penetre el sistema, a la vez de asegurar la confidencialidad de los datos aportados.
Esta visión podría convertirse en su mayor enemigo. Primeramente, entrar en el universo de Internet para competir abiertamente contra redes aceptadas y poderosas del medio es un suicidio anticipado, Posicionarse pensando en el “enemigo” y no en los méritos propios no es la mejor idea.
El hecho de pagar por el derecho de uso limitará la masificación y acentuará la exclusividad de VERO, restringiendo su empleo como medio para mercadear. Otro punto en contra es que su difusión comienza a través de personalidades de gran influencia, que lo hace dependiente de sus gustos y necesidades, limitando la individualidad y la autonomía del usuario común.
VERO es un proyecto muy interesante, pero ambicioso a la vez. Pretende ser un asistente que organice las acciones como un escritorio (cargar publicaciones, mantener agendas, establecer conferencias…). Es una mezcla muy extensa de tareas que puede ser nociva para su subsistencia debido a que en la actualidad se prefieren aplicaciones innovadoras y funcionales más centradas en nichos especializados en temáticas específicas: fotografía, viajes, contabilidad…
En conclusión, VERO puede convertirse en una plataforma alternativa en la forma de migrar los deseos y vocaciones a la realidad virtual, pero debe rediseñar su misión a un estatus más humilde. El gran potencial de VERO lo deberán evaluar y consolidar sus usuarios en tanto más se identifique con sus necesidades individuales y más se acerque a sus soluciones.
Por Ángel Fraile, Administrador de RRSS y Contenidos.