La razón de ser de la mercadotecnia como ciencia es influenciar al consumidor en general a adquirir los productos o servicios que una determinada empresa, comercio o entidad ofrece. El ser humano por naturaleza nace para vivir en sociedad, necesita de sus semejantes para satisfacer sus necesidades básicas. Desde una óptica empresarial, esas necesidades pueden ser ofrecidas para brindar beneficios individuales o colectivos.

En este caso, el mercadeo como tal, las estrategias de marketing sobrepasan el espacio estrictamente comercial y, empleando las técnicas tradicionales de detección de requerimientos de la población, establece estrategias para satisfacer insuficiencias de tipo social, humanitaria y espiritual. Aquí es donde entra en palestra el término marketing social.

El principal objetivo del marketing social es aplicar esas metodologías para estudiar, plantear, ejecutar y evaluar programas que transformen rutinas, conductas e ideologías en favor de mejorar socialmente a una comunidad. El área de operación, por lo tanto, se amplía hasta asociaciones sin fines de lucro, fundaciones, entes religiosos y gubernamentales, e incluyen acciones humanitarias patrocinadas por empresas, de manera tal que el público asocie tanto a las compañías como a sus marcas con una preocupación por el beneficio de sus clientes.

En este momento histórico, cuando la imagen de las marcas en el universo digital es fundamental en función del posicionamiento en relación a la competencia, el apoyo a proyectos educativos, ecológicos, humanitarios o sanitarios, por ejemplo, por medio de campañas de difusión, financiamiento o acciones directas, elevan la perspectiva de los clientes y acrecienta la empatía con la empresa solidaria.

Este enfoque moderno del marketing ha obligado a las empresas a dirigir parte de sus inversiones de operación a la ejecución continua de actividades de marketing social, tomando conciencia que el tu valor empresarial se verá reforzado frente al consumidor objetivo.

Eso sí, la pieza elemental para que una maniobra de marketing social funcione es el público receptor. El usuario final es quien está necesitado de la atención y el apoyo de forma constante. Por ello todo proceso se debe iniciar con una investigación analítica de sus requerimientos, deseos y percepciones para lograr una destacada simbiosis entre el negocio y el objetivo y sellar así una relación integradora empresa-cliente que se fidelice y se mantenga en el tiempo.

En una próxima publicación resaltaremos las características del marketing social, el diseño programático general y la influencia de la sociedad para que las marcas comerciales se fijen en ellos como objetivo de mercado.