Innovar es clave para el cierre de brechas y alcanzar los ODS de la Agenda 2030, especialmente, la superación de la pobreza, inclusión de los jóvenes y especialmente desarrollo del mercado laboral, deseamos enfocar este post en el sector de las mujeres del segmento de jóvenes que ni estudian, ni trabajan (NINI), según la CEPAL, 2016) [1]  en América Latina sólo  21 millones, es decir el 76% del total de 160 millones.

Si consideramos que muchas de estas jóvenes son madres solteras, es de esperar que los niños podrían ser parte de la población susceptible a desnutrición, déficits cognitivos, y luego desertores del sistema escolar, es decir una cadena que no se rompe, más bien se multiplica.

En tal sentido, romper con este ciclo vicioso pasa por innovar y desarrollar estrategias que favorezcan a esta población, quienes además son depositarias de prejuicios y preconceptos que reducen a las niñas a trabajos doméstico, cuidado de enfermos u otros hermanitos en el hogar, son las niñas las menos alimentadas cuando existe precariedad por ser más pequeñas priorizando a los varones.

Queremos exponer tres importantes innovaciones en América Latina que podrían servir de ejemplos para abordar y luego empoderar a esta población, quienes podrían ser un elemento detonante en la transformación de las desigualdades, tomando en cuenta que también debemos enfocar el asunto no sólo desde una perspectiva económica, sino también cultural.

Como primer ejemplo tenemos el emprendimiento peruano de Mariana Costa, https://www.laboratoria.la/, Mariana se dio cuenta que en los sectores vulnerables de Lima habían jóvenes mujeres talentosas, pero sin oportunidades de estudio, ella desarrolló un programa de 5 meses tipo Bootcamp, donde capacita a estas jóvenes en herramientas de diseño y desarrollo, rompe con los mitos de los formatos formales educativos de tercer nivel, pero ella además de capacitarlas técnicamente, les aporta herramientas de comunicación, de cómo acceder al mercado laboral y las conecta con empresas, de modo que garantiza el acceso al trabajo, hace seguimiento, las apoya e incluso en una nueva fase muchas de ellas podrían continuar estudios de mayor nivel en el ámbito tecnológico, estas chicas transforman su vida y las de su familia y se convierten en roles a seguir en su entorno inmediato.

En Venezuela, existe un emprendimiento en fase inicial Chama Tech, liderado por Daniela Ropero, con la intensión de buscar una solución al embarazo adolescente, empoderando a chamas entre 14 y 19 años de edad, les aporta una  experiencia innovadora para ampliar su potencial a través de la tecnología; siendo parte de una Daniela desea incidir en una sociedad más inclusiva, igualitaria y equitativa.

En Bolivia, nos encontramos con Allison Silva, su emprendimiento Emprender futuro. https://emprenderfuturo.org/, Allison apunta al emprendimiento informal, a darles herramientas para que pequeños comerciantes formalicen sus negocios y puedan acceder a oportunidades financieras, de formación y de crecimiento, adicionalmente con enfoque de género Allison desarrolla su programa Mujeres 360, a través del cual empodera a jóvenes en áreas tecnológicas, pero va más allá, Allison las empodera para el acceso al trabajo en igualdad de condiciones, venciendo las desigualdades culturales en cuanto a derechos y participación de la mujer en diferentes ámbitos de la sociedad para impulsar su desarrollo integral. Allison inspira a través de mujeres destacadas, cuyas historias despiertan la motivación, el empeño y el cambio de modelos mentales tradicionales a formas de mayor autoestima y autonomía. 

Con estos tres ejemplos, queremos ilustrar que a través de la innovación y la tecnología, innovando en nuevos formatos educativos, nuevas estrategias de cambio de mentalidades, se puede transformar la realidad de esta población y apuntar de un cambio sistémico, con modelos replicables, estas jóvenes además de empoderadas con ehrramientas de acceso al mercado de trabajo, se convierten en roles a seguir y en agentes de cambio.

(1) https://www.cepal.org/es/comunicados/empoderar-al-40-jovenes-latinoamericanos-que-trabajan-empleos-formales-cursan-estudios

Dra. Sybil Caballero.