Evolucionar, renovarse, y mantenerse actualizado son las metas progresivas del profesional moderno. Innovar en el día a día e incursionar en nuevos retos están más a nuestro alcance gracias a los cursos on line.
La manera tradicional de obtener conocimientos académicamente ha cambiado drásticamente en este siglo XXI con la llegada y masificación de Internet. A un click de distancia se nos abre un amplio abanico de carreras certificadas y cursos de crecimiento personal y profesional que hace una generación sería imposible siquiera pensar en su existencia.
En la era de la tecnología digital es posible participar en foros realizados en otro continente, recibir clases sin salir de la casa o del puesto de trabajo o compartir experiencias con compañeros de curso vía chat desde un parque con un Smartphone.
En la actualidad se puede ir a la universidad sin desplazarse a otra ciudad o país o sin la timidez de creerse demasiado longevo para compartir pupitres con millennials. Gracias a la educación a distancia millones de personas han descubierto nuevas vocaciones y han mejorado su estatus de vida, mejorando su educación e instrucción en la comodidad del entorno virtual.
Muchas son las ventajas que supone tomar los cursos en línea, en especial para los profesionales digitales. En primer lugar, la oferta de oportunidades de formación en cualquier área es prácticamente infinita, lo que permita que se pueda continuar con un desarrollo profesional o experimentar en nuevas opciones para diversificar el campo de acción.
El hecho de no desplazarse y el poder obtener la mayoría de los materiales formativos virtualmente, disminuye considerablemente los costes del estudio. Además el hecho que no se emplea un local físico que conlleva gastos estructurales y de servicios repercute notablemente en la disminución del costo la matrícula.
La flexibilidad de elegir el momento para ver una lección, escoger el momento de revisar el material y de realizar los trabajos y tareas encomendados permite sincronizar un equilibrio entre los horarios de estudio con las obligaciones laborales y el disfrute familiar y permite enfocar y jerarquizar las necesidades sin que ninguna de las ocupaciones se atrasen.
A nivel de la figura del docente, éste se transforma en un facilitador, cambiando así la transferencia vertical de conocimientos pasando a una manera participativa y circular donde las evaluaciones muestran rápidamente una retroalimentación acerca del desempeño y evolución de la participación en el curso.
La popularidad, la importancia y la disponibilidad de Internet como medio comunicativo y de difusión han hecho que hoy en día los educadores y formadores comprendan y aprecien las bondades de la educación a distancia. De igual manera, los empresarios e organismos pedagógicos ya aceptan las credenciales obtenidas por la formación impartida vía Internet. Esto refuerza la confianza de las personas en continuar su formación por esta senda para alcanzar sus objetivos.
Cada vez son más las instituciones de prestigio que apuestan por su implementación para facilitar la formación de más y más usuarios, saltando las barreras de sexo, raza, distancia y longevidad. Por eso, la educación a distancia ha llegado para quedarse.