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Quizás te hayas preguntado por qué algunas personas que escriben muy buenos libros o artículos en los diarios tradicionales, no tienen tanto éxito en la web, mientras que publicaciones más sencillas e informales se convierten en las más leídas.

El contenido en la web puede ser muy valioso e interesante, pero es inútil si no está escrito de forma que capture y mantenga al lector.

Si bien es sumamente importante tener un diseño adecuado a los principios de usabilidad, un look-and-feel atractivo para nuestra audiencia y una arquitectura persuasiva que invite al usuario a seguir navegando; la manera en que redactamos una entrada de blog, un artículo, un post en las redes sociales o cualquier contenido dentro una página web, puede ser un factor determinante en el tiempo de visita y en la interacción del usuario con el contenido.

Estos son algunos consejos para mantener el interés y la fidelidad del lector 2.0:

Evita textos demasiado largos y densos. El lector 2.0 no tiene tiempo para contenidos extensos y complicados, en el mundo digital todo es más rápido y visual, los usuarios entran y salen de los sites, y una lectura larga frente a una pantalla agota la vista y por supuesto, al usuario Así que es preferible escribir párrafos de menos de 50 palabras, y entregarle textos cortos, sencillos, fáciles de leer.

Utiliza negritas para resaltar información importante. Al hacer un escaneo al texto, las negritas pueden indicar de qué se trata la lectura, y nos dirán si el resto es interesante o no. Además permiten organizar el contenido dentro del texto y darle sentido a la información.

Deja claro de qué se trata el párrafo al principio de la oración. De esta manera el lector decide rápidamente si vale la pena seguir leyendo.

Utiliza un lenguaje neutro. Recordemos que en la web, cualquiera puede leer nuestro contenido, así que los modismos y regionalismos pueden entorpecer la lectura.

Sé respetuoso con el lector aunque utilices un lenguaje informal. Evita palabras condescendientes, metáforas y sarcasmos, a menos que el contenido realmente lo amerite. Evita el uso de términos técnicos, a no ser que se trate de contenido especializado, y aun así, mantener en lo posible la simplicidad.

El empleo de voz pasiva puede aburrir al lector o complicarle la lectura. Es mejor decir «la agencia desarrolló con éxito las estrategias» que «las estrategias fueron desarrolladas con éxito por la agencia». Mantén la sencillez, evita redundancias y usa tiempos verbales simples, recuerda que el usuario debe captar el contenido rápidamente o se marchará.

El título debe ser preciso y atractivo. El título es un elemento de gran importancia, es una invitación a leer, y como tal, debe ser tentador y difícil de rechazar. Debe ser claro, sencillo y preciso. El usuario debe tener una idea de lo que se trata el contenido, y además sentirse atraído a leer. Luego del título, el primer párrafo debe seguir cautivando y enganchando al lector.

Y en cuanto al SEO:

El uso de las keywords o palabras claves dentro del contenido es fundamental para el posicionamiento en buscadores, y mientras más natural sea la inclusión de las mismas, mejor. No debe hacerse un bombardeo de palabras clave sin sentido, deben formar parte de la redacción, pasando incluso desapercibidas. De esa misma forma, los enlaces externos y backlinks, deben ubicarse de manera fuida en la redacción, evitando las frases como «haz clic aquí».

Finalmente: Sé memorable, pertinente y relevante para que tu contenido sea trascendente. Escribe contenido útil, valioso, inspirador y entretenido. Ya sea para las Redes Sociales, blogs, revistas digitales o directamente en el site, el usuario debe sentirse inclinado a comentar, recomendar y compartir el contenido que lee.